Al resaltar la representación animal en entreguerras, el museo desvela bajo un ángulo original las múltiples expresiones plásticas de este rico periodo artístico.

Desde los años setenta, las compras y los numerosos regalos han permitido que el museo se convierta en pionero en el redescubrimiento de los felices años veinte y de la vuelta al orden de los años treinta, permitiendo ofrecer una rica exposición sobre el tema de la animalidad.

La variedad de las formas, la exuberancia de los colores, la disparidad de las texturas hacen del animal un tema de interpretación moderno. El tema se despliega hasta el infinito en variados soportes: pintura y escultura, por supuesto, pero también arquitectura, mobiliario, papel pintado o incluso objeto de arte decorativo. Los animales domésticos están representados, pero son sobre todo los animales salvajes los que triunfan. Fieras, monos, serpientes son testigos de un entusiasmo por el exotismo mantenido por las exposiciones coloniales y por los viajes de los propios artistas.

De la expresividad naturalista de Jouve a la síntesis primitivista de Lambert-Rucki, pasando por el grafismo depurado de Art déco de Vernon, toda una fauna heterogénea se expone en el museo.