Ange Leccia nos sumerge en una instalación especialmente imaginada a partir de obras principales de las colecciones del MUDO – Museo de l’Oise. Una exposición de pintura y escultura antiguas, que representan la mitología, el retrato, el paisaje o fenómenos atmosféricos, destaca obras de vídeo de Leccia que exploran los mismos temas y se difunden en pantallas planas enmarcadas. En un juego de idas y venidas de la mirada, se invita al visitante a interrogarse sobre las diferentes interpretaciones artísticas posibles de un tema: un rostro, el mar, la tormenta... Este juego de ecos materializa así la intemporalidad del proceso de creación artística. Sin referencia histórica, el tiempo ya no tiene importancia. Y es la idea producida por la interacción de dos temporalidades la que reactiva la mirada sensible, más que la mirada sabia.